Sabado 22:30
Se me hace extraño entrar en una habitacion de hotel y no tener que deshacer las maletas de cuatro personas y no tener que decir a las niñas que se esten quietecitas y dejen de apretar botones.
Voy al baño, cuando salgo la habitacion esta sumida en una luz tenue y una musiquita suave sale de su portatil.
Es musica de “medio polvo”, ya sabeis, smooth jazz, lounge...
Javier se ha quitado la chaqueta y se afloja el nudo de la corbata con el indice.
Ha abierto dos botellitas de cava y todos los snaks que habian en la nevera. Es un encanto, ha preparado la “cena”
Soy una egoista. ¿y si el muchacho tiene hambre? Que le den!
Mientras Javier esta en el baño me desnudo y me meto en la cama.
Cambio de idea, me pongo los sostenes y la culotte y me vuelvo a meter en la cama.
Cambio de idea nuevamente, me quito los sostenes y me pongo la canotta de seda ....
Mierda!
Demasiado tiempo sin seducir a nadie. ¿Como se hacia?
No seas boba. ¿Que mas da lo que lleves puesto?
Mientras voy a ponerme de nuevo los sostenes Javier sale del baño.
Ohhhh
Que belleza!
Lleva solo una toalla anudada.
Sonrie.
Es sexy.
Diosssssssssssss!
Este chico es divino. Vientre plano, musculoso, caderas finas.
Esa toalla que parece que se sostenga por puro milagro. Tiene cuatro pelillos en el pecho.
Adorable!
Y es todo para mi.
Se sienta en la cama y empieza a besarme dulcemente . La frente, las mejillas, los parpados, el cuello...
Es agradable... placentero... mmmmm ...
Mucho... ohhhhhhh...
Poco a poco dejo de pensar en Carmen que estara buscandome en el bar.
Dejo de pensar en Carlos que estara en casa preguntandose donde narices me he metido.
Me concentro en la boca de Javier que me susurra al oido mientras su lengua juega con mi pendiente.
Creo que he bebido demasiado, acabo de imaginar que Javier se traga la perla del pendiente y se le queda en la garganta y se me muere aqui mismo.
Ana, concentrate.
“¿Tienes preservativos?”
“No, que te crees que voy por ahi follando con el primero que encuentro?” Vaya tonteria que acabas de decir, Ana, es justo lo que estas haciendo esta noche.
“No, no, lo siento”
Este contratiempo acaba con nuestra noche de “lujuria y pasion”. Le propongo ir a comer algo.
Estoy hambrienta.
Cuando estamos saliendo de la habitacion, me besa, me acaricia los labios y me dice:
“Ana, que te quede clara una cosa. No he acabado contigo”