domingo, 4 de enero de 2009

Daguerrochat - Capitulo 1 - AlbaClara

Esperar despierta que regresasen los hijos de la discoteca se había transformado en su amado secreto. La plancha y el ganchillo ya no eran sus amigos de la noche.

Había descubierto el chat. Había entrado por curiosidad... y ahí se había quedado atrapada. Una telaraña de sensaciones olvidadas o jamás vividas. Podía dar rienda suelta a sus fantasías o ser simplemente ella misma.

Si, ser ella misma, una mujer sensible, sincera, romántica, dulce... en un mundo, donde, arropada por la bruma del anonimato, se abría un inmenso campo de ilusiones desconocidas ...
y por fin podía comunicarse con gente de todo pelaje y condición desconectándose casi sin dejar rastro si no eran de su gusto.... e incluso llegar a materializar alguna travesura ... con la mayor discreción.... ¿era un sueño? ...no, era una realidad que se había convertido en su motor..... en el estímulo que rompía su rutinaria vida plana ...

Poco importaba su aspecto físico, su acicalamiento... podía sentarse delante de su pantalla y seducir a media humanidad...

Mientras lavaba los platos de la cena pensaba en el nick que se habría puesto esa noche... AlbaClara había sido uno de los primeros y seguramente el mas amado. Había aprendido que los nicks dicen mucho de las personas que están detrás. Y ella era así, como el alba, llena de promesas...

El día había sido muy pesado, Javier le había traído una montaña de ropa sucia que ahora estaba ya planchada y dentro de la bolsa con 100 euros, ya se sabe, los chicos tienen tantos gastos. Fue al medico a retirar las recetas de siempre, hipertensión, retención hídrica, insomnio, cefalea, y como siempre el medico le dijo que tenia que bajar peso, 87 kilos son demasiados y que debería empezar con las hormonas, la menopausia no perdona.

Nicolás se fue a dormir, en la tele no daban nada y a las 6 empezaba su turno con el taxi.
Amalia se desnudo despacio, vio las marcas de los pantys en su cintura, las estrías en vientre y en los muslos, la piel blanda y blanca, pero todavía suave. Cuantos años hacia que no iban a la playa? Desabrocho el sostén y froto enérgicamente los surcos que habían dejado en sus hombros. Se lavo, se recogió el pelo en una coleta y se puso la crema, como si pudiese hacer milagros.

La casa estaba en silencio, solo se oía el ronroneo del pc...
www.chat.es... introduzca su nick... AlbaClara... clic...

Habían mas de treinta usuarios en la sala, recorrió la lista de nombres, uno de ellos le llamo la atención, Andros...

Saludo con lacónico hola y decidió quedarse en el papel de voyeur, estaba demasiado cansada incluso para tomar la iniciativa.

3 comentarios:

Caminante dijo...

Y digo yo, mi querida Buio, porqué no te decides a dar el paso y miras de publicar alguna de estas cosas tan lindas que escribes?

Anónimo dijo...

Pienso igual que Caminante. Tendrias que recopilar relatos y enviarlos.
Cinco.

Anónimo dijo...

Hacía mucho que abandoné el placer de leer (ta vez por miedo a dejar toda una vida "colgada" en las palabras) pero hoy, al leer este sencillo, a la par que denso relato, casi he llegado a sentirme esa mujer atada a todos los convencionalismos sociales que la falda implica. Concreto, directo, sin artificios, constituye un retrato actual, creible y bien pergeñado de un ser humano, comprensible en sus motivaciones y emociones. Corto, tal vez demasiado, constituye uno de esos aperitivos que te deja con hambre de más. Como aspecto poco destacable, decir quizás que me resulta poco natural el uso de algunos de los signos de puntuación. Me ha gustado mucho: me gustaría leer más.